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Alcaldía Municipal de Villamaría en Caldas

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Reseña Histórica

imagenEn consonancia a los registros históricos presentados hasta el momento, es evidente la anterior presencia de asentamientos indígenas en el actual territorio ocupado por el Municipio de Villamaría, dado que se han encontrado guacas o hallazgos antropológicos en las Veredas La Guayana, La Floresta (sector finca La Alquería) y Llanitos, y en el área urbana durante la adecuación del terreno para el levantamiento del barrio San Diego ubicado en el sector de Turín, así como la construcción de la piscina del Polideportivo. Sobre la desaparición de éstos primeros pobladores, pertenecientes a las familias Quimbaya y Carrapa, es generalizada la opinión que se produjo por las frecuentes erupciones del volcán Nevado del Ruiz, al que los indígenas llamaban Cumanday (que significa Blanco Hermoso), y al shock cultural representado por la irrupción violenta de los conquistadores españoles en la región caldense, iniciada en el año 1535. Desde entonces y hasta el año 1834 en que llega don Fermín López y sus familiares a establecerse en cercanías al cerro San Cancio, el territorio estuvo abandonado, sirviendo de paso ocasional a aventureros entre las provincias del Cauca y Antioquia.

Entrados a ése gran proceso socioeconómico llamado La Colonización Antioqueña, encontramos que con la famosa Expedición de los Veinte, ocurrida en el año 1848, numerosas familias provenientes de Neira, Salamina, Aguadas, Pácora, Sonsón, Abejorral y Rionegro constituyen una población que mas tarde llamarían Manizales. Algunos nuevos vecinos de esta población ante la negativa de la compañía Gonzalez y Salazar de cederles o venderles tierras para ellos satisfacer sus deseos de establecerse en Manizales, decidieron cruzar el Río Chinchiná, denominado anteriormente Tacurrumbí en memoria del principal cacique Quimbaya, e iniciaron la fundación de un poblado en el sitio La Capilla donde levantaron varias chozas pajizas.

Los fundadores, entre otros fueron: Víctor Castaño, José Maria Ceballos, Alberto Salazar, Benedicto Angel, Ezequiel Arango, Eufrasio Jaramillo, Pompilio Hurtado, Antonio Cardona Valencia, Miguel Toro, Jose Maria Gonzalez, Domingo de Gregorio Gallego y Mario Ceballos. Debido a la proximidad con Manizales, el cacerío dependio en un principio de esta población con el nombre de Partido de Chinchina, hasta mediados de 1951 en que los vecinos acordaron darle el nombre de “Aldea de Maná” en vista de la feracidad de las tierras. Por carencia de agua, los vecinos se vieron precisados a trasladar la población del sector de la capilla a la margen derecha de la Quebrada La Diana, donde empezó a crecer en forma dinámica.

Finalizando el año de 1851los pobladores de la Aldea de Maná, ante las frecuentes incursiones que realizaban los representantes de la compañía González y Salazar que nada tenían que hacer en la población porque este era otro estado, se constituyeron en junta y a través de documento redactado por don Ezequiel Arango, solicitaron a la Cámara Provincial de Estado Soberado del Cauca, el pronunciamiento oficial del nuevo caserío en Aldea, con el nombre de Aldea de Maná. La petición fue atendida prontamente, pero el nombre manuscrito, mal leído, mal escrito o mal entendido, se cambio por el nombre de María el cual continúa siendo su único nombre oficial. La Ordenanza por medio de la cual “Maná” quedo figurando como “Aldea de María”, fue expedida el 19 de Octubre de 1852 en la ciudad de Guadalajara de Buga, adscrita al distrito parroquial de Cartago. Obtenido este reconocimiento jurídico y efectuada la visita oficial, los pobladores continuaron haciendo abiertos en medio de la selva y plantando cultivos apropiados para la región. El comercio se incrementó entre los caseríos que fueron surgiendo y se hizo necesaria la adecuación de vías como el camino viejo a Manizales (1850), el camino del Privilegio (1855) y la vía Arana (1880).

Lamentablemente estas vías también sirvieron para la guerra. El 24 de agosto de 1860 llegó a la Aldea de María el General Tomás Cipriano de Mosquera con un ejercito de 3.500 hombres de infantería y 500 de caballería, 5 cañones, bandas de música y abundante munición, dispuestos a tomarse a Manizales convertida a la sazón, en el último bastión militar del Estado Soberano de Antioquia. El general Mosquera subió al Alto del Roble a observar la disposición del enemigo y el 28 de Agosto inició la batalla de Manizales, la cual no pudo tomarse por la aguerrida defensa debiendo el ejercito caucano, desmoralizado y sin aliento, reorganizarse al día siguiente en la Aldea de María. Posteriormente, el general Julián Trujillo, comandando las fuerzas liberales del Cauca, sí pudo tomarse a Manizales apuntalando sus fuerzas combativas en la Aldea de Maria donde estableció su campamento a principios del año 1877

Este periodo de contiendas civiles retrasó el desarrollo del municipio y el ambiente de zozobra se recrudeció durante la llamada Guerra de los Mil Días, empezada el 17 de Octubre de 1899 y terminada el 21 de noviembre de 1902, debido a que la hegemonía conservadora que estaba en el poder, mantenía un estricto control sobre las guerrillas liberales que deambulaban por la zona alta de la localidad, amenazando con tomarse el caserío. Otra limitante al crecimiento  de la población en este periodo fue la aparición de la viruela en el año 1903, terrible epidemia que veinte años atrás había dejado 1.500 muertos y centenares cicatrizados. Con la creación del departamento de Caldas en 5 de junio de 1905 la Villa de Maria que se había constituido en Municipio el 26 de julio de 1878 entra a formar parte de la nueva célula departamental.  Hacia esta época de principios de siglo el poblado que se había organizado en forma concéntrica de acuerdo a los patrones tradicionales de los colonizadores  (retícula ortogonal), heredados de los españoles, cambia por la forma longitudinal a lo largo de la carreta 5ª.  Para entonces ya se había iniciado el cultivo del café en la región y la población iba en aumento, en buena parte debido a la acometida de la zona del cable aéreo y del ferrocarril de Caldas, las cuales atrajeron numerosos obreros de Cundinamarca, Boyacá, Tolima y Cauca.  El cable aéreo fue inaugurado en 1927 y su tiempo de utilización  de tan solo unos años estuvo concebido como una manera de acelerar los trabajos del ferrocarril de Caldas y ayudar en la reconstrucción de Manizales después de los pavorosos  incendios de 1925 y 1926.

La primera locomotora del ferrocarril de Caldas llego  a Villamaría en septiembre 1927. El ferrocarril constituyo un factor preponderante para el desarrollo agrícola de un amplio sector de nuestro Municipio. El cable aéreo y ferrocarril de Caldas fueron los primeros medios de transporte mecánico que en nuestro medio reemplazaron el trabajo del buey la de la mula.  Posteriormente la irrupción de los vehículos automotores hizo necesaria la construcción de la carretera Villamaría-Manizales, iniciada en el año 1931 gracias a la gestión realizada por la Sociedad de Mejoras Publicas de Manizales.

Según la COUC (Corporación de Ordenamiento Urbano de Caldas) en el periodo 1965-1982, la desaparición del ferrocarril perjudico la evolución de la estructura urbana de Villamaría. En este periodo una nueva estructura se consolida con la construcción de la Fundación Jaime Duque (1967), Colegio Gerardo Arias Ramirez (1972), La Casa de las Hermanas Vicentinas (1975) y la Reforma del Hospital San Antonio (1982).  Entre 1982 y 1985 se produce un gran cambio debido a las nuevas políticas gubernamentales y la aparición de industrias en Villamaría.  Se construyen numerosos barrios por parte de ICT  (Instituto de Crédito Territorial), el BCH (Banco Central Hipotecario), y las Corporaciones de Ahorro y Vivienda, con características diferentes a las del casco urbano, afectando profundamente la estructura urbanística de la población, que quedo segregada en Sector Tradicional y Sector Nuevo. En el área urbana, Villamaría fue el municipio en Caldas que mayor crecimiento poblacional presento en el periodo intercensal 1973-1985, debido a que la expansión de Manizales creo buena parte de este crecimiento, lo cual puede calificarse como un factor exógeno del Municipio.

En cuanto a fenómenos Naturales, en el Municipio   de Villamaría se han presentado, en la historia reciente, lo siguiente: la avalancha de grandes proporciones que en el año 1952 arrastró el primer puente entre Manizales y Villamaría y que tenia por nombre Puente de Boyacá; el terremoto del 23 de noviembre 1979 que causo estragos en numerosas viviendas de la población y dejo en deplorables condiciones el templo Parroquial de Nuestra Señora de Rosario y la casa cural; y la erupción del volcán nevado del Ruiz ocurrida el 5 de noviembre de 1985 y cuyas catastróficas consecuencias son de todos conocidas. 

El 19 de octubre de 2002 celebro su sesquicentenario de vida político-administrativa, 150 años de esperanzas y realizaciones que catapultan hacia la aldea global y la ubican de cara a la postmodernidad.

Publicación autorizada por el escritor: Abel Alonso Gutiérrez Quintero



     

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